Acerca de Doctorado en Historia
La incidencia e impacto del Doctorado en Historia en el campo académico tiene un fundamento epistemológico. El Doctorado en Historia se singulariza en el área de las ciencias sociales por orientarse hacia un cientista con comprensión de la dinámica procesual de las realidades en estudio. Es en este sentido que el diálogo abierto con otras disciplinas, como forma de renovar perspectivas teórico-metodológicas, no anula la particularidad del conocimiento histórico. Esta premisa justifica un posgrado, que lejos de indiferenciarse en las ciencias sociales o las humanidades en su generalidad, afirma las cualidades de la disciplina. En esta delimitación del Doctorado, que se distingue de otras propuestas (como el que se ampara en otros ámbitos bajo un título global de Doctor en Filosofía y Letras), se encuentran aspectos constitutivos de la historia: prioridad documental con los correspondientes fundamentos empíricos de las elaboraciones teóricas, seguimiento de modelos propios de la disciplina antes que paradigmas culturales, despliegue de enfoques con prioridad alternativa entre el objetivismo y el accionalismo subjetivo sin definiciones apriorísticas y combinatoria del análisis sistemático y diacrónico. De alguna manera, este enunciado abstracto es pasible de ser traducido en términos pragmáticos, cuando se constata que los requisitos de publicación comunmente aceptados en la historia no rigen para otras ramas de las ciencias sociales. En estas consideraciones se encuentran los atributos nucleares de la disciplina, y de ello se desprende que la formación de un historiador requiere cuidadosos procedimientos específicos que se inscriben en las peculiares normas de reproducción del campo.
